jueves, 31 de diciembre de 2015

Panet per acomiadar el 2015





Des de fa hores, l'any s'està acabant. 

Avui, ahir, demà... a racons de tot el planeta, hi ha persones acomiadant-se de tot allò que els ha passat, del que van fer i de totes les persones que han marxat volent o sense voler.  Coses alegres i tristes, dolces i amargues, lluminoses i fosques. La meva família ja prepara el darrer sopar del 2015, mentre jo encara no he dinat. La meva veina xinesa ha vist per Skype com la seva família sopava mentre ella esmorçava. Barcelona, Santiago de Xile, Beijing.

Quin món més boig, més gran i més petit alhora!

Aquí i allà, el terra està ple de cometes que tots deixem caure: són els somnis que no es van acomplir, els desitjos que ja no seran, les esperances que no es van fer realitats, les oportunitats que vam malgastar... Les mirem: per uns segons, sentirem nostàlgia de lo que pudo haber sido y no fue, llàstima dels nosaltres de fa un any que les van construir i mai han pogut enlairar-les.

Però serà només uns segons. 

Tenim el cap i el cor enfeinats construint els següents somnis, els que segur volaran i ens faran volar aquest 2016. 365 dies 365 oportunitats. 

Seran il.lusions molt diferents. Cadascú en coneix les seves. Del que estic segura és de que la majoria les volem compartir amb els que estimem i ens estimen. O potser dels que ens estimaran el proper any i encara ni tan sols els coneixem. 

Fa 48 hores, van arribar tres persones a la fundació buscant feina (un matrimoni peruà d'uns 50 anys i un noi colombià de 38 anys). Per diferents raons i històries, els tres portaven dos nits dormint al carrer. Tres persones que van començar el 2015 al seu pais, envoltats dels seus, sota un sostre.... l'acomiadaran sols, a mil.lers de quilòmetres i sota la nit despullada. Vam intentar ajudar-los: gestionem un albergue d'acollida per dones. El teniem ple però vam fer un esforç i ella te llit. Però pels dos homes... no teníem res a oferir. Només una entitat dona aquest servei a la ciutat: està col.lapsada i no els van poder agafar. 

Ells continuaran al carrer. A la nostra fundació es van conèixer i s'han fet amics: passaran la nit junts, dormint a propet d'on dormirà la dona d'un d'ells. Van venir ahir quan tancàvem: hem agafat les seves maletes per tal que no perdin les seves coses. No els podem donar llit a ells però si a les seves mudes, que descansen segures i comodes al costat de la meva taula. Els vam deixar rentar-se (no obrirem fins d'aqui quatre dies...) i els vam regalar una ampolla d'aigua de dos litres i un pa de pasqua tipic xile.

-Ya hemos comprado un par de pancitos buenos para celebrar la cena -em va dir un d'ells, content- Los tomaremos juntos. 

No estaven sols. Són dues bones persones que s'han trobat per començar plegats un 2016 ple de futur, el que venen buscant perquè on van neixer se'ls nega. No hi havia tristessa als seus ulls. Ni por. Ni ràbia. Us ho juro: només esperança en la vida i agraïment per a mi i la meva companya.

-Por él lo hago, así que estoy seguro de que saldrá bien, con la mirada de Dios -em va dir el més jove ensenyant-me la foto d'un nen petit, que porta a la cartera, a la butxaca que li queda al costat del cor.

Avui, quan sopi delicies de gourmet i begui bons vins, intentaré recordar que hi ha dos homes menjant-se, feliços, uns panets i bebent aigua d'ampolla. Feliços perquè tenen un amic amb qui passar aquesta nit. Esperançats perque estrenen un nou any ple de possibilitats. 

Ens van donar la mà, mentre ens desitjaven una bona nit de cap d'any. Una mà suada i treballada. La meva companya es va rentar la mà. Jo no: vull que el seu valor, la seva confiança, la seva amistat se'm quedin a la pell per sempre més. Per començar el 2016 en bona companyia.


PD: la foto és la flor d'un cactus que tinc davant la meva porta. Només dura 24 hores. Triga un any com a mínim a sortir...






viernes, 25 de diciembre de 2015

Gaudí, Rancagua y el sueño de un fraile




En 1922, Antoni Gaudí recibió una extraña carta. 

La firmaba Angélico Aranda, fraile franciscano, y la enviaba desde un pequeño convento en Rancagua, Chile: "el que suscribe es un admirador suyo, que tuvo el gusto de conocerlo el año 1909 y que tiene su autógrafo en un libro de viaje". Fra Angélico era sacerdote pero también artista. Fue a Barcelona para estudiar pintura y allí pudo conocer al genial arquitecto. Como a tantos, su fuerza y originalidad le impactaron.

Años después, destinado en esa pequeña ciudad cercana a Santiago, decidió acometer la obra de su vida. Y para ello, escribió esa carta: "Le contaré que estoy empeñado en hacer una pequeña capilla dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles, y deseoso de hacer una obra original, bien original, me acodé de Usted y digo, ¿cómo no me ha de obsequiar con un plano de los que él solamente sabe hacer?".  Las pinturas serían cosa de él y otro fraile chileno.

Fra Angélico soñó a lo grande, con confianza y esperanza. Pidió ayuda a uno de los mejores artistas de su tiempo y de siempre, y no dudó que él fuera a corresponderle. A cambio, prometió "corresponderle con mis oraciones".

Un mes después, la carta llegó a manos del arquitecto. Éste, consagrado a su obra de la Sagrada Familia, declinaba aceptar trabajos a parte:"Tengo 70 años y poniendo a contribución toda mi vida, aún no haré lo que necesita" sin embargo no llegó a enviar la carta con esta negativa. Tres días después, volvió a leer la carta y en el dorso encontró unas notas en lápiz que le habían pasado desapercibidas. Las proporciones de la capilla para Nuestra Señora de los Ángeles correspondían con un "edículo que estaba estudiando como elemento del templo de la Sagrada Familia para dedicarlo igualmente a Nuestra Señora de los Ángeles. No se trataba pues de proyectar una obra nueva. Podía por tanto adelantar para América lo que un día lejano ha de tener realidad en la magna obra de la Sagrada Familia". Gaudí ofreció ese estudio, en lo que el llamó una prueba de cofraternidad espiritual entre España y América.  En la carta, el ayudante del arquitecto pasa entonces a preguntar la intensidad de los vientos dominantes, los materiales de la zona... y les envía el croquis.

El azar, la casualidad, la suerte... ¡detrás de cuántos proyectos importantes está! Se iba a hacer realidad el primer proyecto del genial GAudí fuera de Europa. O eso parecía.

Todo quedó dormido.
No se sabe por qué Fra Angélico no consiguió construir esa capilla que pensaba destinar al perdón y al silencio. Rancagua no tiene hoy esa capilla.

Pero un proyecto tan bello no podía perderse para siempre. El universo siempre mueve hilos para que reviva. Hace más de 20 años, un grupo de personas volvieron a entusiasmarse con la idea: se redescubrieron las cartas con casi dos siglos de historia, los planos... y las ganas de llevarlas adelante. A partir de ahí, con esfuerzo y tesón, han ido avanzando hasta conseguir que la presidenta haya destinado una partida presupuestaria para construirla. Si la burocracia y la política no lo impiden, el sueño de Fra Angélico y el de las personas que lo redescubrieron en un archivo, será realidad.

Quieren que sea un proyecto del pueblo y para el pueblo. ¡Seguro que así será!
Quien la conoce, queda atrapado. O así me ha pasado a mí: será porque Gaudí es un poco de la familia para los barceloneses -así se lo dije a los chilenos que me la contaron-, será porque llevo el nombre de esa capilla, será porque me encantan las historias de David desafiando a Goliat -un fraile de una ciudad pequeña y perdida soñando que el genial arquitecto le regale unos planos-...




viernes, 18 de diciembre de 2015

Mirar con los ojos de la otra




Que alguien te preste sus ojos para mirar a través de ellos, no tiene precio.
Es un acto de generosidad solo al alcance de los más grandes.

El jueves 18 de diciembre, en la población Alberto Hurtado, a las afueras de Santiago, viví uno de esos momentos especiales que llegan de puntillas, sin anunciarse como un gran evento ni como el momento que te cambiará la vida. Pero que quizás sea uno de los que lo acabe haciendo.

Un grupo de mujeres me prestaron sus ojos.
Eva, Laurita y Marta.
Y pude intuir el abismo que se abre cuando la violencia se instala sobre ti como una segunda piel: tu padre te pega, tu marido te pega, tu hijo te pega. O te insulta, te denigra, te chantajea, te viola.
Y así pasan los días y las noches. Y así pasan los meses y los años.
Y así se te pasa la vida, creyendo que no hay otra, que no mereces otra.

Juntas vimos el corto El orden de las cosas (2010), sobre la violencia de género y familiar. Guiadas por unos amigos -pedagogos y trabajadores sociales que forman la corporación DITY- participamos en una dinámica de grupos. Yo no sabía quienes eran aquellas mujeres -más allá de lo obvio: eran chilenas, mayores que yo, de población desfavorecida...- y ellas tampoco quién era yo. Pero cuando nos despedimos nos deseamos con sinceridad volver a encontrarnos.

Ví el corto con mis ojos de  mujer profesional, europea, de clase media. Y desde mi vida de hija y hermana querida, de compañera y amiga respetada, de pareja amada... lo analicé.
Pero fue gracias a que ellas me dejaron mirar de nuevo con sus ojos, que sentí de una manera remota pero real el dolor, el miedo, el asco, la desesperación, la angustia que se vive cuando eres tú la que está bajo los palos. Y el orgullo fiero que se siente cuando una consigue liberarse de ellos, aunque las cicatrices siempre queden. 

Fue maravilloso descubrir que, aún así, hay días que los maltratadores no consiguen llenarlos de nubes. En medio de tanta basura, estas mujeres han sido capaces de plantar y cuidar flores. Una hablaba de su casa, que ha ido construyendo y decorando con mimo; otra de los hijos y los nietos; otra de las amigas de gimnasia y de los tapices que borda... 
Reímos y lloramos juntas durante dos horas.

Si dijera que ya sé de que va esto, mentiría.
Lo que sí sé es que yo podría ser ellas y ellas yo, si el destino se hubiera desplazado unos grados de latitud norte más o menos. Porque nada nos diferencia aunque en realidad vivamos vidas tan diferentes. 

Al salir de allí, recordé a mi padre y a mis abuelos, que murieron hace muchos años. Recordé a todos los hombres que han estado de una u otra manera en mi vida. En todo el cariño que recibí, que recibo, de ellos, en forma de caricias, de palabras de admiración o de ánimo, de besos, de gestos de respeto... Y en todas las caricias, palabras, besos y gestos que yo les he dado.
 Y me quedé sin saber qué pensar. Hasta ahora.




viernes, 11 de diciembre de 2015

Gabriela Mistral, en pie






Ayer se cumplían 70 años del Premio Nobel de Literatura a Gabriela Mistral. 

Y tuve la suerte de que me pilló en el lado bueno del mar para celebrarlo: me acerqué hasta el GAM (Centro Gabriela Mistral), donde tres poetisas chilenas -dos muy jóvenes y una veterana- recitaron sus poemas favoritos de la maestra sin título. Más tarde, una actriz argentina nos puso la piel de gallina con Gabriela infinita (o el país de la ausencia), una obra de teatro cosida a versos de la poetisa. Con su voz y su cuerpo, y la pluma de la Gabriela, fueron reescribiendo en vivo sus poemas y con ellos, la historia viva y palpitante de una América que sigue doliendo.

Canciones de cuna, versos de amor desgarrado, gritos de lucha y solidaridad...  ocuparon por más de una hora aquel espacio, demostrando que la voz de los Grandes no entiende de estar viva o muerta, ni de siglos ni de modas. 







Gabriela sigue siendo actual en toda su excepción: 
maestra que por falta de dinero ejerció sin título, con el odio de muchos compañeros, 
poetisa, 
mujer sola con amores difíciles, 
errante (vivió por todo Chile, trabajando en escuelas rurales del desierto a la patagonia; y cuando éste se le quedó chiquito, trabajó en México, Puerto Rico, Estados Unidos y Europa como maestra y como diplomática) pero siempre anclada al pueblo de su niñez, donde pidió ser enterrada a los pies de una montaña con su nombre.

Son actuales sus versos por los pobres, las guerras, los niños y la educación como única posibilidad de transformación... pero también en pequeños poemas, que parecen inocentes, las palabras de la Gabriela siguen certeras, sobre todo si hablan de mujeres, otra de sus grandes luchas. 


"Todas íbamos a ser reinas,
de cuatro reinos sobre el mar:
Rosalía con Efigenia
y Lucila con Soledad.


Lo decíamos embriagadas,
y lo tuvimos por verdad,
que seríamos todas reinas
y llegaríamos al mar.



Con las trenzas de los siete años,
y batas claras de percal,
persiguiendo tordos huidos
en la sombra del higueral"


....

"Cuatro esposos desposarían,
por el tiempo de desposar,
y eran reyes y cantadores
como David, rey de Judá.

Y de ser grandes nuestros reinos,
ellos tendrían, sin faltar,
mares verdes, mares de algas,
y el ave loca del faisán.

Y de tener todos los frutos,
árbol de leche, árbol del pan,
el guayacán no cortaríamos
ni morderíamos metal"


.....

"Todas íbamos a ser reinas,
y de verídico reinar;
pero ninguna ha sido reina
ni en Arauco ni en Copán...
"


....

Rosalía besó marino
ya desposado con el mar,
y al besador, en las Guaitecas,
se lo comió la tempestad.


Soledad crió siete hermanos
y su sangre dejó en su pan,
y sus ojos quedaron negros
de no haber visto nunca el mar.


En las viñas de Montegrande,
con su puro seno candeal,
mece los hijos de otras reinas
y los suyos nunca-jamás.


Efigenia cruzó extranjero
en las rutas, y sin hablar,
le siguió, sin saberle nombre,
porque el hombre parece el mar.


Y Lucila, que hablaba a río,
a montaña y cañaveral,
en las lunas de la locura
recibió reino de verdad.


Y todas ellas son Gabriela, porque como dijo Whitman, "soy inmenso. Contengo multitudes".





PD: Si Gabriela levantara la cabeza... vería que tres poetisas y una actriz leyeron sus poemas. Pero que el GAM lo dirige un hombre, la Cooperativa de libreros independientes otro y la Furia del libro, marco del acto, otro. Ellos presidieron el acto.  

martes, 8 de diciembre de 2015

Mandarina's fan


Fa uns dies em van explicar una història i no me la trec del cap. Va de mandarines, de lladres, de judicis finals... però també de les idiosincràsies dels pobles, de l'esperança i de l'amor.

Al sud d'Itàlia existia, antigament i no sé ara, la devoció a la Virgen de los Mandarinos. Lògicament, a una zona agrícola on hi ha molts camps d'aquesta fruita. 
Diuen que els lladres eren molt devots. 
Li preguen per a que, quan arribin al cel, Ella estigui vigilant la cua dels que esperen el veredicte de Sant Pere a les portes del Paradís. Tu sí, tu no.
 Quan la Virgen de los Manadarinos els vegi, als seus devots admiradors, els farà una senyal amb la mà i ells s'amagaran en un racó del camí.
De nit, quan Sant Pere estigui dormint i tot sigui fosc, la Verge sortirà i els obrirà la porta. 
Així, ells també podran entrar al cel. La Mare sap llegir el fons del seu cor i veure que, malgrat tot, està ple de bondat.

Em fa riure. Sembla tan italià! 
Enredar el mismíssim Sant Pere i assegurar-se l'entrada a la eternitat, ni que sigui d'estrangis previ pagament d'ave maries.
Però també... quina confiança i quina fe!

Jo no sé si existirà aquesta verge ni si la història serà certa. 
Me l'ha explicat un sacerdot italià de més de 82 anys, que fa 56 anys que viu a Xile acompanyant els migrants italians que fugien de la postguerra mundial. En saber que jo era de Barcelona em va dir que ell havia estat un dia a la meva ciutat: era l'any 1959, era un jove sacerdot a qui enviaven en vaixell a fer les amèriques. Un viatge d'un mes, que ha resultat un viatge de tota una vida. L'últim port conegut abans de deixar Europa enrera va ser la meva ciutat: em va parlar de les Rambles amb la nostàlgia dels que, encara que només les han vist un cop, es van enamorar d'elles.

Li vaig preguntar que quan tornarà a casa. En un parell d'hores d'avió des de Roma pot arribar a les Rambles. Em va mirar, somrient, per dir-me que no tornarà. Va arribar aquí per acompanyar els italians en la vida que començaven i ara, els companyarà en la mort. Ara enterra els mateixos que va casar, batejar, donar la comunió... els seus destins van lligats.

Jo no sé si existirà aquesta verge ni si la història serà certa. I sé que el Paradís no es pot assemblar a la cua del cinema però... em declaro fan, fan de la Virgen de los Mandarinos -que sap que les lleis són per saltar-les- i dels seus lladres.







lunes, 7 de diciembre de 2015

Murs al vent


El món camina. 
Cada albada, mil·lers de persones surten del llit, es vesteixen, arrepleguen quatre coses en una borsa i tanquen la porta de casa seva. En sentir el cop, el seu cor s'encongeix. 
Tornaran?  
Arribaran?

Corren, volen, naveguen, pugen a trens, s'amaguen sota camions, neden.
Migren.

I un dia, potser, toquen port.
I un dia, potser, es queden atrapats.
Els hi manquen forces... diners, segells, papers,  
Els hi sobren fronteres.

Vaig marxar de casa, fa un mes, amb la imatge clavada a la retina dels sirians, iraquians, afgans... donant voltes pel laberint en que s'ha convertit Europa, mentre el fred començava a mossegar-los. Movíem les nostres parets; s'obria un forat a Polònia però es tancava una paret a Hongria; un tren sortia de Grècia però algú tapiava l'estació de Sèrbia. I així, en fila india, com nens castigats, passaven hores sota la pluja, la nit, la fam i la por. 

Arribo a Santiago i els meus ulls, que encara no han oblidat les seves cares, es troben amb una notícia al diari: 1200 cubans han quedat atrapats a Panamà, en mig de la selva, camí del seu Dorado, Estats Units. A les portes de Colòmbia, els acullen a un poblat de 400 persones. 



I una pensa que tots els racons del món s'assemblen perillosament i sempre en 'lo peor de lo peor'. 
Però sobretot pensa que s'està tornant boja quan, unes pàgines després i al mateix diari, llegeix una notícia sobre la creació d'una nova frontera. 




Al sud del sud. 
Una frontera que només obrirà d'octubre a abril. Perquè si a algú se li acudís creuar per entre els gels continentals més grans caminant i en un cayuco es veu que només ho podria fer aquells mesos.
Perque sí, senyors i senyores, Xile ha obert una frontera a Campo de Hielo Sur, una zona descoberta el 1557 per Juan Ladrillero però que no va ser estudiada fins el 1943 per aviadors d'Estats Units. 
Per què serà? Això sí: al 1881, Argentina i Xile ja van fer un tractat per repartir-se la zona. Tractat que resulta que no marca la frontera en algunes parts d'aquest espai. Tonto el último: cal correr a posar un pas.
   
La cuidaran els de la Corporación Nacional Forestal. 
Bé, ja que no cuidaran arbres (per la foto, no sembla que hi hagin gaires), doncs que vigilin persones! (o pingüins, no sigui que als Rei de l'Àfrica se'ls acudeixi anar a visitar als seus cosins Penacho Amarillo, que viuen a l'Antàrtida, i ho facin a l'octubre i sense visat)

Torno a mirar la cara de la nena cubana atrapada a la selva, que s'assembla tant a les nenes sirianes o nigeriànes. I repeteixo uns versos de la Joana Raspall, como un conjuro per tal que aquesta bogeria del món no se'm quedi dins... 
Un cop, mil cops, un mil.lió. Els que calguin.

"Si haguessis nascut en una altra terra, 
podries ser blanc, 
podries ser negre... 
Un altre país 
fora casa teva,
 i diries "sí" 
en una altra llengua.
T'hauries criat 
d'una altra manera  
més bona, potser
potser més dolenta.
...
Podries... podries...
per tot això pensa
que importa tenir 
les mans ben obertes
i ajudar qui ve
fugint de la guerra
fugint del dolor
i de la pobresa.
Si tu fossis nat
a la seva terra 
la tristesa d'ell
podria ser teva"

Perquè, cada albada, el món es posa a caminar.
I ho continuarà fent.



PD: M'he permés alguna llicència poètica. Disculpeu. Per exemple, tothom sap que els pingüins rei són molt formals i mai passarien una frontera sense permís. I a més, no els agrada el fred.