lunes, 25 de enero de 2016

¿Quién nos cuenta la historia?


El 9 de agosto de 1942, en un Leningrado cercado por los nazis, un grupo de músicos se congregaron en el hall de la Sinfónica de la ciudad. Los ciudadanos, derrotados por el hambre, las enfermedades y un invierno más cruel de lo habitual, se vistieron sus mejores galas para acudir al concierto más especial que muchos de ellos recordarían. Dimitri Shostakovich había compuesto su sinfonía número 7 durante este asedio, para demostrar la actitud valiente de la población, y esa fue la pieza que tocaron los músicos. Cuando la artillería alemana intentó interrumpir el concierto, las descargas de las baterías soviéticas lo impidieron.

De ese momento, uno de los más bellos de la historia de la resistencia contra la barbarie de la guerra, no quedó registro alguno. Ni fotos, ni noticias, ni documentales... ¿Cómo ha llegado hasta nosotros entonces? ¿Cómo evitamos que quedara en la oscuridad semejante gesto? ¿Cómo es que yo lo sé y lo puedo hoy escribir?

Sencillo: a mí me lo contó Nancy Nichols, en el taller Resguardando las Memorias de la Historia Reciente. Y a ella se lo explicaría algún otro profesor universitario. Y a él, quizás, un músico ruso. Y si así seguimos... llegaremos al día en que una de esas mujeres que se puso un collar con alguna perla rota, unos zapatos llenos de polvo y un vestido que le quedaba tres tallas más grandes para ir a ese concierto, se lo contó a un periodista, a un historiador, a un nieto. Porque así fue, así ha sido muchas veces: el testimonio oral, del que estaba allí, del que lo vió y lo sintió, también construye la historia. La reconstruye. La mantiene.

Nancy Nichols es historiadora chilena, profesora universitaria y experta de esta disciplina de la memoria oral. El otro día, en su taller, nos explicó que "el recurso a la memoria es imprescindible para reconstruir el camino. Escudriñar el pasado a través de la memoria nos concede certezas en un mundo volátil".

La memoria de un testigo, a diferencia de un documento, permite conectarse con la subjetividad de esa persona: es decir, con sus emociones, con lo que para ella significaba aquel momento o hecho, y por tanto, acceder a sueños, utopías y contradicciones.  ¡Vamos! Y esto son palabras mías... es redescubrir la historia pero en 3D y no solo en plano.

La historia la escriben los vencedores... pero la explican también los vencidos. O los que pasaban por allí. Solo hay que escuchar sus testimonios. Y darles la importancia que merecen: protegerlos, estudiarlos, archivarlos.

Hace muchos siglos que sabemos ya que la tierra no es plana. Pero a veces parece que se nos olvida.




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